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'Una mala jugada'

  • Wasp
  • 24 mar 2017
  • 2 Min. de lectura


En 1998, Spike Lee estrenó ‘He got game’ (título en versión original de la película) contando con Denzel Washington, Mila Jovovich y Ray Allen, jugador profesional de baloncesto hasta 2014, en el reparto.


‘He got game’ nos cuenta cómo las universidades americanas presionan a un joven jugador promesa de baloncesto para que se una a sus filas. Este joven es Jesus (Ray Allen), un muchacho autosuficiente que ha tenido que aprender a cuidar de sí mismo y de su hermana porque su madre falleció cuando eran jóvenes y su padre fue a la cárcel acusado de su asesinato. La presión de las universidades llega hasta tal punto que el gobernador del estado le propone un trato al padre de Jesus, Jake (Denzel Washington), en el que le manifiesta su intención de reducirle la condena si logra convencer a su hijo de que se una a la plantilla de la universidad Big State. Con ese trato sobre la mesa, dejan libre a Jake una semana para que logre su propósito; y con esta premisa la historia añade dos subtramas a la principal.


Si bien Denzel Washington no lo hace mal, su personaje no parece tener mucho sentido. Quizá por la historia de amor innecesaria y forzada que le introducen con una Mila Jovovich haciendo de prostituta que no es para nada destacable o por lo emocionalmente invisible que parece incluso teniendo esa historia de amor y reencontrándose con su familia de nuevo después del asesinato de su mujer. Spike Lee quiso introducir en su largometraje una relación de tensión entre padre e hijo y una relación amorosa y ninguna de las dos llegan a cuajar. Estas dos subtramas caen en los hombros de Jake y parecen ser un peso demasiado grande para él. No veo a Denzel Washington pero tampoco me creo su personaje.


Por el contrario, Ray Allen hacen un trabajo aceptable; en una de las escenas parece que no se podía aguantar la risa, pero en el resto es toda una sorpresa que se desenvuelve bien frente a las cámaras.


El mensaje de la película, anteponer la educación de los jóvenes deportistas antes de lanzarlos al estrellato de la NBA (percibido tan bien en otros metrajes que tratan el tema), queda difuminado por esas dos subtramas comentadas. Y es una pena. Aun así, ‘He got game’ es un buen trabajo de Spike Lee, que rueda las escenas de baloncesto como si se trataran de una danza de ballet.

 

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